miércoles, 9 de noviembre de 2011

Hace más el que quiere, que el que puede...

Santa Flora en Mas de las Matas : vecinos restauradores

Santa Flora, Mas de las Matas
(pueblos-espana.org)

«Hemos estado cuatro años sin poder entrar, teníamos que celebrar misa debajo del coro, donde no había ningún peligro, o en la calle. Se decidió cambiar la cubierta, que pesaba sobre los arcos fajones, se levantó toda y se han arreglado las bóvedas por arriba y por abajo con fibra de vidrio, de forma que quedan muy resistentes». Es el resumen del trabajo que se ha llevado a cabo en la reconstrucción de la ermita de Santa Flora, en Mas de las Matas, pero no sale de boca del jefe de obra ni de ningún arquitecto, sino del párroco de la localidad, Alfonso Belenguer.
El mosen fue el principal impulsor de unas obras indispensables para recuperar en todo su esplendor la tradición de peregrinar hasta la ermita en el Mas. En los últimos años se realizaban las tradicionales romerías en fiestas y Semana Santa, pero las eucaristías debían celebrarse en la calle por el peligro que suponía entrar en el templo. «Era una pena, pero estaba prohibido porque era peligroso», recordó el párroco. No obstante, la devoción superó en muchas ocasiones a las prohibiciones y varias misas se oficiaron entre los andamios «¡Incluso una boda hemos celebrado aquí! Pero eso no se puede contar, que sino los arquitectos…», confesó.
El alcalde de Mas de las Matas, Pedro Pitarch,  no duda en atribuir gran parte del mérito de la reconstrucción al párroco ya que «Alfonso solo se ha valido para sacar adelante esta obra y vencer a todas las ideologías políticas». Sin embargo, el mosen se quita importancia: «Yo tenía detrás al pueblo. Confiaba  porque hay mucha devoción a Santa Flora. ‘Para santa Flora, lo que haga falta’, se dice aquí, y yo sabía que el pueblo iba a responder», reiteró Beñenguer.
Y razón no le falta. El pueblo cuenta con un grupo de trascientos vecinos, la asociación de Amigos de Santa Flora, que organiza actividades para recaudar fondos y promocionar la restauración. Han preparado cenas en la plaza del pueblo, rifas, generosos donativos, y ya piensan en celebrar otra cena para celebrar la finalización de las obras y seguir recaudando.
Pero los donativos superan incluso los límites de Mas de las Matas. Una vecina, en un alarde de ingenio, se dirigió a la marca Flora (la empresa de productos lácteos) diciéndoles que la suya era la única ermita en toda España con el nombre de su marca. «Tuvieron la delicadeza de venir al pueblo, ver la ermita y hacer un donativo muy importante», reconoció el alcalde. «Cuando no hay, el ingenio te hace pensar mucho», añadió.
Además, las instituciones públicas también han colaborado en una obra que cuenta con un presupuesto de 24.000 euros. Así, la Diputación Provincial dispuso 7.000 euros, el obispado otros 7.000, la obra social de una entidad bancaria 3.000 y la parroquia el resto, contando el donativo de Flora y lo recaudado por los vecinos.
Tal y como explicaba Belenguer, la obra ha consistido en cambiar la cubierta de madera del edificio, que estaba hundiendo las bóvedas, y sustituirla por una estructura metálica. Esto era lo indispensable. Además, se «coserán» las grietas que recorren las paredes, rellenándolas con fibras especiales, y se pintará el templo por dentro y por fuera. «Hay que dejar la ermita como una tacita de plata. Nos ha costado mucho», aseguró el párroco.
El afán por dejarlo todo perfecto también incluye los alrededores, donde párroco, alcalde y jefe de obra discuten sobre «quitar esa papelera que desentona» o poner «un cartel indicativo que pegue más con el entorno». 
«En un par de semanas terminan», aventuró el párroco, optimista. «Es fácil que sea algo más», añadía el jefe de obra, Fabián Solsona. «En un mes estaremos sin obras», concluyó el alcalde. Lo cierto es que la ermita y sus alrededores volverán a estar listos para que Santa Flora tenga un espacio acorde a la devoción de sus vecinos.

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