miércoles, 9 de noviembre de 2011

El trabajo de las gentes de un pueblo. Mojales (Sigüenza), Guadalajara.

Situación:
En la actualidad, viven de contínuo 9 habitantes
Ayuntamiento:
Depende del Ayuntamiento de Siguenza.
Monumentos:
Calzada Romana, Cueva del Beré, Castillo en ruinas. El pueblo se enclava debajo de una sierra denominada Sierra Ministra.
Fiestas:
El patrón es San Pascual día 17 de Mayo y se celebran las fiestas el 9 de Septiembre.
Turismo:
Hay una casa rural muy acogedora y un restaurante en el que se come muy bien.

Mojares, un pueblo que durante muchos años parecía abocado a desaparecer está volviendo en los últimos años a la vida. Situado en una ladera a unos 6 km. de Sigüenza, desde allí se pueden distinguir a lo lejos los pueblos de Alcuneza y de Cubillas. Mojares cobra vida de nuevo con el regreso de algunos antiguos vecinos ya jubilados, la llegada de otros nuevos y el impulso de nuevas iniciativas, como una casa rural y un hostal-restaurante.
Este verano los vecinos han arreglado la iglesia trabajando de manera altruista. La actual iglesia se construyó en 1928, anteriormente había otra, junto al cementerio, que se derrumbó con el tiempo. Además del arreglo de la iglesia se ha adecentado el firme del pueblo, se han puesto bancos y se ha recuperado el horno antiguo. Este local se ha habilitado para hacer las comidas comunales y hay una pequeña barra para tomar el vermouth.
 
La iglesia de Guijosa recién restaurada.
Esto nos lo explica Abel Peregrina, alcalde recientemente nombrado, al tiempo que, junto a su esposa Paquita, nos abre la puerta de la iglesia. “Se ha reformado con la colaboración de todos los vecinos y con pocos posibles, trabajando todos”. Nos habla del pasado del pueblo: “En mi época, en los años 50, iban hasta 20 chicos a la escuela de Mojares”. Hace 50 años Mojares se despobló casi por competo, “las personas mayores se fueron y no había trabajo ni aquí ni en Sigüenza por lo que tuvimos que emigrar. Yo me quedé aquí hasta hacer la mili, luego ya no volví, trabajaba en la huerta del obispo, en la vía de tren, en donde podía”. Prácticamente el pueblo se quedó vacio.
Nos habla sobre sus motivos para la vuelta al pueblo: “Yo trabajaba en Madrid como taxista y al jubilarme, he decidido volver aquí. Abel y su mujer llevan ya dos años viviendo aquí, van a Madrid y vuelven por la tarde, aunque “en invierno a veces hay días malos y la mujer no quiere venir y nos quedamos en Madrid”.
Hay otros que viven en Sigüenza pero vienen aquí los fines de semana a ocuparse de los huertos. Uno de ellos es  Félix, el “Moli” para los amigos, antiguo molinero y carpintero de profesión tiene en Mojares un huerto familiar en el que trabaja él, ya jubilado, y su hija. Con él nos acercamos al pueblo y quien nos presenta a sus actuales habitantes. Su relación con Mojares viene de su mujer que es del pueblo, él nació en Molina de Aragón y se crió en Taravilla. Félix se ha encargado de los trabajos relacionados con la madera en la rehabilitación de la iglesia y del antiguo horno.
Otros de los habitantes de Mojares son Miguel y Julia. Residían hasta hace dos años en Barcelona y al jubilarse decidieron asentaron en el pueblo. Preguntamos a Julia sobre el cambio y nos habla del atractivo de la vida en contacto con la naturaleza. “Pueden verse corzos junto al pueblo y durante el invierno nos visitaba regularmente un zorro al que dábamos comida”. 

                                                elafilador.net/2007/10/mojares_vuelve_vida

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